miércoles, 26 de noviembre de 2008

Errados /herrados








¿Herrado?




Todo parece indicar que el Conseller Font de Mora se esconde. ¿O es que se ha hundido ya tanto que se haperdido de vista?
Se reune, parece, con sus amigos, da la voz a algún Vicepresident, se queja amargamente de lo malos que son estos profesores que no dejan de incordiar a pesar de la moratoria... pero ya no está, ya no afirma, desde la mñas absoluta ignoracia de la didáctica de las lenguas, esa especie extraña llamada polilingüismo, como objetivo deseable, inmediato, posible gracias a su acción en politica educativa, para los jóvenes valencianos. Jóvenes que, en unos años apenas, hablarán valenciano, castellano, inglés, francés o/y otra u otras segundas, perdón cuartas o quintas lenguas europeas que es lo moderno y práctico en esta civilización mestiza y pluringüe en que vivimos.

Pero no, los profesores, el alumnado, las AMPAS, los Consejos Escolares dicen que no, que no es posible. que este es el momento de entonar la canción de la despedida y que no se debería retroceder ni un milímetro.


Congratula escuchar que no es suficente con demorar -digan lo que digan, sine die- el comienzo de esa estupidez inglesa de la EpC y que hay más, mucho más: que la política educativa de la Consellería es la manifestación más rotunda y clara de un fracaso político sin precedentes, que la acumulación de errores en Educación es de tal magnitud que sólo con la profunda y radical renovación de la cúpula de la Consellería, podrá darse un margen de credibilidad, aunque sea mínimo, a un gobierno errado, ¿o herrado?
El milagro de la unión de los diferentes sectores implicados parece fraguado, firme, decidido
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jueves, 20 de noviembre de 2008

Bolonia






Bolonia tiene la Culpa.



Algunos alumnos de la universidad y de las enseñanzas medias se han manifestado en contra de la convergencia europea, proceso que se suele designar con el nombre del tratado que dio la señal de partida hacia ese horizonte convergente de 2010. Bolonia.

Y dicen, en sus planfletario discurso de confrontación/explicación, que Bolonia tiene la culpa.

¿Pero qué es eso de Bolonia? ¿De qué podemos culpar al proceso de convergencia de la enseñanza superior en el conjunto de los países de Europa? En Educación es relativamente sencillo caer en la desproporción y en la caricatura. Lo hemos visto en la hiperbólica defensa del plurinlugüismo del alumnado valenciano, patrocinada y publicitada por la Consellería, cuando en realidad lo único que se buscaba era rechazar un plan de formación alternativo a la Religión, llegado del gobierno central, con un "te la tragas" porque en mi comunidad mando yo, absolutamente de espaldas a la realidad educativa de la Comunidad.


¿Será verdad que "gracias a Bolonia" van a desaparecer las becas? ¿Será verdad que el nuevo "grado" va ofrecer una formación básica insuficiente e inadecuada y que, además, se va a cerrar con un año de prácticas no remuneradas (que fíjate bien lo que se van a ahorrar en puestos de trabajo estos sinvergüenzas a costa de los pobres estudiantes universitarios) y solo van a sservir para conseguir un puesto de trabajo precario, mal remunerado y peor considerado? ¿será verdad que para poder hacer algo decente en la vida laboral tendrás que hacer después un postgrado carísimo, sin becas de nuevo y solo para graduados acomodados y ricos?
Si escuchamos las soflamas de los universitarios protestones parecería que Bolonia, es decir, el proceso de convergencia europea, fuese la caja de pandora del mañana de la universidad. Pero aú n hay más ytal vez un "sobretodo", no se ha contado con ellos, no se ha preguntado a los alumnos; es decir, no se ha contado con los que protestan, porque con los que "oficialmente" les representan, con los vendidos y acomodaticios, con los que han traicionado a sus representados por una comida en La Charca, sí se han reunido, sí han pactado.

Se puede comprender el pánico ciego ante lo nuevo, esa sensación de vacío que desde hace siglos, nos empuja a afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor, sabiendo que es mentira. Se puede entender y hasta apoyar ese necesario y saludable perfil de incorformismo bullanguero y juvenil. Pero no parece razonable dejar que el pánico nos domine, nos ciegue o nos convierta en imporovisados miopes de la cosa.
Son muchas las razones que abalan la necesidad de cambiar, de transformar un sistema que no cumple adecuadamente con los objetivos que se le demandan. La Universidad española, la investigación cientìfica vinculada a la universidad tienen una trayectoria y un merecido reconocimiento, pero necesitan de un empuje, de un impulso que lyude a responder de manera adecuada, proporcionada y eficaz a los retos del nuevo siglo.
Que en el espacio de referencia de la Europa de hoy se piense en la posibilidad de trabajr en un esfuerzo de confluencia que favorezca el libre movimiento de estudiantes y titulados superiores en el escenario occidental de una Europa sin fronteras, parece una opción razonable, una posibilidad plausible.



¿Dónde está entonces la raíz de la discrepancia, del movimiento de rechazo? Tal vez deberíamos preguntarnos si todos, acaso, hemos manejado toda la información necesaria para valorar un proceso de transfomación tan ambicioso, complejo y difícil. En cuestiones de este tipo no sule ser suficiente con una información superficial. Cuando se afirma, por ejemplo, que los grados "empobrecen" la formación de los futuros licenciados, habría que plantearse qué queremos decir exactamente. Es verdad que en el proceso de puesta en marcha del diseño defiitivo de los nuevos grados universitarios pueden aparcer disfunciones, espacios oscuros, tendencias que tal vez fuera conveniente reconducir, pero todos sabemos que un proceso como el que se empieza a desarrollar en la Universidad requiere de tiempo y esfuerzo continuado.


Vigilemos de cerca los resultados, valoremos críticamente los pasos que se van dando, demandemos con argumentos poderosos, espacios de opinión que recojan las diferentes sensibilidades, pero siempre desde la información suficiente, veraz, comprometida.

Es posible que de "lainsuficiente luz" de una ausencia de compromiso informativo se escape la noche oscura y desproporcionada del pánico. Un pánico que hemos visto exteriorizado en eslóganes, imágenes, blogs de algunos universitarios Pero también un pánico que, tal vez, recoja la manifestación de otro miedo mucho menos explicable y mucho más culpable: el de un sector del profesorado que tampoco está dispuesto a abrir sus ojos al mañana.

martes, 18 de noviembre de 2008

Adiós con el corazón.







Les cuesta.











Les cuesta mucho aceptar que han de enmendar una página mal escrita. Mucho; pero en esta ocasión todo parece apuntar a que es cuestión de aguantar un poco, solo un poco, más. La moratoria anuncia la crisis, la evidencia.

No quisiera equivocarme, pero los acontencimientos hacen pensr que esta vez habéis ganado la batalla, se han asustado y Mr. Camps va a prescindir del forense, con lo cual ganaremos todos.


Pero ganar una batalla no es ganar la guerra. Ayer escuchaba a un colega hablar de los graves problemas que embargan a nuestra dolorida "enseñanza". Por eso, por los problemas, graves, serios, de larga trayectoria, no sería prudente olvidar, relajarse, desmovilizarse antes de tiempo.






Parece que, por fin, han comprendido que la enseñanza de EpC en inglés no garatizaba que todos los valencianos y todas las valencianas terminasen la Secundaria con el nivel B2 de conocimiento y uso de la lengua de Shakespeare.
A lo mejor, incluso están dispuestos a admitir que eso del "polilingüismo" está bonito para charlar un rato, mientras se toman unos cubatas, pero no puede ni debe anunciarse tan a la ligera si no se quiere pagar un precio (dicen que social y político) proporcionado a la estupidez.

Y ahora que estamos metidos en hariana... ¿Qué tal si hablamos de los directores de Centro "impuestos" por encima de las decisiones democráticas de los Consejos Escolares? ¿Qué parecería una reflexión desapasionada sobre las funciones de la inspección educativa? ¿Hablamos, tal vez, de la financiación de los centros? ¿Y si nos paramos un ratito en el fracaso escolar dejando a a un lado (Pisa o Pirls 2006)?
"Pero son preguntas viles, ya sé lo que puede ser; con este negro beber, decía Baltasar del Alcázar, se acrecientan los candiles...
Adiós con el corazón, Mister Font de Mora, que con el alma, la verdad, no puedo.