lunes, 14 de mayo de 2012

Educación u lo que sea

                    No es verdad que gastar hoy en educación sea invertir para  mañana. Dbe tratarse de de una falacia pseudomoderna claramente sospechosa  de clientelismo populista.
                    Como no es verdad que treinta y cinco alumnos en una clase signifiquen, por aglomeración, una merma  de la calidad de la enseñanza. La prueba más evidente es que en muchos colegios concertados ha habido durante mucho tiempo -incluso antes de la crisis- más alumnos por aula de los "deseables"  y tan campantes.
                    Creemos que tampoco es verdad que si un profesor se aburre con solo siete alumnos por clase, seguramente sea que se trate de un imbécil de tomo y lomo, que seguirá aburriendose con treinta y cinco, aunque con un poco de suerte pueda terminar como director general de algo.

 
                Sospechamos que no es verdad que los informes Pisa  indiquen que nuestro alumnado de catorce años manifiesta poseer una competencia lectora  por debajo de la media europea y, por lo tanto, vengan a afirmar que "leen peor" que los alumnos de " nuestro entorno", como suele decirse. Como tampoco será verdad que, gracias a los imprescindibles recortes coyunturales, esas diferencias podrían ampliarse todavía un poco. Pero es que aunque lo fuera, en realidad lo que hay que empezar a decir es que esos informes no valen mucho, ni son muy significativos, porque están hechos sin tener en cuenta la situación de crisis que nos embarga y por lo tanto, son muy sospechosos de parcialidad.
                No es verdad, que cuando un ingeniero, un  arquitecto,  un enfermero o un  investigador español o española en física cuántica, pongamos por caso, se va a trabajar a Alemania, le estamos haciendo a la Merkel un pan como unas hostias; porque no es verdad que cuando salen estos profesionales estemos perdiendo una fuerza productiva altamente cualificada -por eso se los rifan, para que produzcan allí-, ni que,  para más recochineo, estemos perdiendo, también, la inversión realizada en su formación.
                 Seguramente no será verdad tampoco  que nuestro Ministro de Educación  siempre haya creído que eso de  I+D+I quería decir "Industrias Derivadas del Incienso", algo, como todos sabemos,  perfectamente prescindible en un momento de crisis y recortes como el actual. Este hecho nos ha permitido ahorrarnos un pastizal presupuestario y, de paso, está favoreciendo la movilidad de nuestros mejores titulados superiores, que  no es que "tengan que marcharse", no, sino que están deseando como locos ir al extranjero a triunfar en la vida, que es lo actual y lo más moderno, para lo que, además, les estamos enseñando a marchas forzadas varios idiomas  con el fin de que les cueste menos esfuerzo largarse cuanto antes  a dar sus mejores frutos en USA, Alemania o Inglaterra, sitios donde  hay mucha pasta y buenos negocios.