martes, 18 de noviembre de 2008

Adiós con el corazón.







Les cuesta.











Les cuesta mucho aceptar que han de enmendar una página mal escrita. Mucho; pero en esta ocasión todo parece apuntar a que es cuestión de aguantar un poco, solo un poco, más. La moratoria anuncia la crisis, la evidencia.

No quisiera equivocarme, pero los acontencimientos hacen pensr que esta vez habéis ganado la batalla, se han asustado y Mr. Camps va a prescindir del forense, con lo cual ganaremos todos.


Pero ganar una batalla no es ganar la guerra. Ayer escuchaba a un colega hablar de los graves problemas que embargan a nuestra dolorida "enseñanza". Por eso, por los problemas, graves, serios, de larga trayectoria, no sería prudente olvidar, relajarse, desmovilizarse antes de tiempo.






Parece que, por fin, han comprendido que la enseñanza de EpC en inglés no garatizaba que todos los valencianos y todas las valencianas terminasen la Secundaria con el nivel B2 de conocimiento y uso de la lengua de Shakespeare.
A lo mejor, incluso están dispuestos a admitir que eso del "polilingüismo" está bonito para charlar un rato, mientras se toman unos cubatas, pero no puede ni debe anunciarse tan a la ligera si no se quiere pagar un precio (dicen que social y político) proporcionado a la estupidez.

Y ahora que estamos metidos en hariana... ¿Qué tal si hablamos de los directores de Centro "impuestos" por encima de las decisiones democráticas de los Consejos Escolares? ¿Qué parecería una reflexión desapasionada sobre las funciones de la inspección educativa? ¿Hablamos, tal vez, de la financiación de los centros? ¿Y si nos paramos un ratito en el fracaso escolar dejando a a un lado (Pisa o Pirls 2006)?
"Pero son preguntas viles, ya sé lo que puede ser; con este negro beber, decía Baltasar del Alcázar, se acrecientan los candiles...
Adiós con el corazón, Mister Font de Mora, que con el alma, la verdad, no puedo.

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